El gesto cotidiano de arrojar las toallitas por el retrete provoca grandes atascos en la red de saneamiento de Lorca. Y es que, aunque se cree que las toallitas se descomponen, no lo hacen hasta largo tiempo, por lo que provocan atranques en los desagües y más allá de ellos.

La Estación de Aguas Residuales (Edar) de La Hoya recibe unas 80 toneladas al año. A esta cantidad hay que añadir 20 toneladas más procedentes de distintas pedanías del municipio que van a parar al resto de depuradoras repartidas por todo el territorio lorquino. Esto supone que, al año, cada lorquino arroja por el retrete alrededor de un kilogramo de estos residuos, dando vida en el alcantarillado a lo que ya se conoce como 'el monstruo de las toallitas'.

Es, en cierta manera, un monstruo por los graves inconvenientes que provoca en la red. Los costes de la retirada de dichos residuos por parte de un gestor autorizado ascienden en Lorca a unos 7.000 euros al año. Aguas de Lorca insiste en la necesidad de hacer un uso responsable de las toallitas higiénicas y de otros residuos.

El gerente de Aguas de Lorca, Antonio Franco, reiteró que «todos los impactos negativos sobre el medio ambiente y la economía local derivados del mal uso de las toallitas podrían evitarse si, en lugar de arrojarlas al retrete, se depositaran en papeleras».

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